Amo todo aquello que me hace sentir. Amo el negro y el blanco, que simbolizan el todo y la ausencia. Lo infausto y lo bueno Porque el equilibrio de ambos, reconcilia mis fracciones. Amo la vida y la muerte, porque ambas me advierten que vivo. A los amigos y enemigos, Pues lisonjas y desdenes me hacen componer mi existencia. El amor y el desamor, porque agitan mis sentimientos, y por ellos, entiendo que soy, que existo. Es la disparidad de la vida, que me hace advertir lo intrínseco de mi ser.
Zahir.-
Y es evidente que un día hemos de irnos, morirán sin remedio nuestras neuronas, pero quedarán nuestros pensamientos, como huella labrada en la mente de quienes nos conocieron. Más allá de lo que fuimos permanecerá lo que meditamos y compartimos. Nuestra identidad se hace real en nuestros pensamientos. Podrán olvidar nuestros nombres, o no recordar dónde vivimos, Seremos, entonces, solo aquello que hoy transmitimos.
Zahir.-
Búscame si me necesitas, pensarás que no estoy, pero sentirás que sigo ahí.
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