Me preguntáis cómo
me volví loco.
Sucedió así: Un día, mucho
antes de que naciesen algunos
de los dioses, desperté de un
profundo sueño y vi que me
habían robado todas mis máscaras.
Sí, las siete máscaras que
yo mismo había moldeado
y las cuales había usado
durante siete vidas.
Y ya sin máscaara alguna, corrí
por las calles gritando:
"¡¡Ladrones!!.. ¡¡Ladrones!!...
¡¡Malditos ladrones!!"
Los hombres y las
mujeres se rieron, y
algunos corrieron a
sus casas temerosos
de mi.
Y cuando llegué a
la plaza del
mercado, un
joven, que
estaba de pie
en lo alto de
su casa, gritó
señalándome: "Es un loco".
Alcé ojos para mirarlo y fue
entonces cuando el sol besó mi
desnudo rostro por primera
vez. Por vez primiera el sol
besó mi rostro desnudo y mi
alma de inflamó de amor
hacia el sol, y ya nunca más deseé
mis máscaras. Ycomo en éxtasis
grité ¡¡Benditos, benditos
los ladrones que me robaron
las máscaras!"
Así fue como me
convertí en loco.
Y en mi locura hallé libertad y
salvación. Hallé la libertad de
la soledad y el estar a salvo de
ser comprendido, pues
los que nos comprenden
esclavizan algo en nosotros.
Pero no permitáis
que me enorgullezca demasiado de
ello, pues ni en
la cárcel está
el ladrón a salvo de otro ladrón.
Kahlil Gibran
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