Cierto día pasó un perro sabio
cerca de un grupo de gatos.
Al acercarse y ver que estaban
muy absortos en su conversación
y no se habian dado cuenta de su presencia,
se detuvo para oir lo que decian.
En ese momento se levantó un gato
grande y serio, el cual
miró a todos y les dijo:
"Hermanos, orad, y cuando
hayáis rezado una y otra vez,
sin dudar de nada, en verdad
lloverán ratas del cielo".
Y el perro, al oir esto
se rió para sus adentro
y se alejó diciendo:
"¡Ah! Gatos ciegos y locos,
¿Acaso no fue escrito, y no he
sabido yo y mis antepasados
antes de mi, que lo que llueve
gracias a las oraciones,
a la fe, y a las súplicas,
no son ratas sino huesos?"
Kahlil Gibran
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