Éxtasis

Afloras tus encantos ante mí, maravillándome en el esplendor de tus formas contemplo fascinado como te revelas, exuberantemente desnuda, siendo inevitablemente deseada y deseosa. Me deleito percibiendo el agradable sabor de tus labios en nuestros besos, y la fragancia de tu cuerpo... que retendré para siempre en la memoria de mis sentidos. Percibo en tu ímpetu apasionado, como te ofreces y como me demandas ardiendo en deseo.
Sin prisa, disfruto admirando tu figura suave y hermosa de mujer delicada, percibiendo con mis caricias, lentamente, la deliciosa suavidad de tu piel, seda exquisita que envuelve tu silueta. Enlazando en un abrazo nuestros cuerpos, me descubro impregnado en la humedad que vierte tu fogosidad mientras tus gemidos amorosos afloran de ti revelando tu pasión, tu deseo sin contener, tu ansia..., todo tu amor que me cautiva.
Descendiendo con mis labios por tu figura, y exhausto ya de amor, beso con agrado tu encantadora y seductora intimidad, sintiéndote apasionada al rozar suavemente esa parte de tu cuerpo con mis labios, cautivándome aun más la sensación que percibo mientras guío mi lengua y poso mis besos en él, lentamente, notando la pasión que me produce su agrado, su humedad, su embrujo. Apreto aun más mis labios en el secreto de tu cuerpo, que venero, y colmo mis besos ansiosos con el fluido de tu excitación, que con tus movimientos repentinos, incontrolados, hacen que te deslices por mis labios.
Me provoca verte así, ofrecida, entregada a la pasión que se desata. Nuestro deseo se torna en desenfreno, te miro, noto esa expresión incontrolable en tus ojos, y las señas de placer en tu rostro hacen que me cautives más aun. Prendido de tus senos, tiernamente los acaricio, apasionadamente los apreto, los beso, disfruto de la calidez que exhalan en su ansia de entrega, compañeros rendidos y entregados sumisamente a mis anhelos.
Sujeto entre mis dedos tus erguidos pezones, firmes, alargados demandando y anhelando más caricias. Tus labios desprenden en ese momento un sollozo de placer que silencio con la pasión de un beso sobre tu boca, notando cómo lo ansías, cómo te agitas anhelante haciendo arder en mí el indómito deseo de irrumpir en tu ser, introducirme profundamente en ti mirándote a los ojos, buscando tu mirada con los míos, ver como deseas más, más adentro, más fuerte..., y cómo te vences, rendidamente, a tu propio placer.
Me uno a ti, te hago mía, fuente de mi gozo, te tomo y me colmo en ti, ahondo todo mi placer en tu figura, con más pasión, más fuerte, más deseoso, más intenso, realzando suavemente con mi boca tus pezones a la vez que noto tu cálida intimidad, húmeda, apretada, cicatera del deleite que le produce sentirse vencida. Siento como alzas y entregas esa fuente de tu delirio hacia mi, desesperada me apretas y envuelves en tu interior con tus movimientos, veo tu expresión exigiendo más, suplicando más...
Te tomo entonces con energía, introduzco el ardor de mi deseo en ti, fuertemente en tu interior, una, otra y otra vez, y así, en el éxtasis de nuestro amor delirante, me vuelco en ti vertiendo en tu ser el fruto de mi ímpetu, resultado de la exaltación del amor que hemos formado.

Ya exhaustos, nos miramos, nos sonreímos, plenos de placer y agotamiento, extenuados nos besamos mordiéndonos delicadamente los labios, nos abrazamos queriendo fundir nuestros sentimientos en uno solo. Nos acariciamos, nos compartimos, pretendiendo eternizar todos nuestros sentidos en la memoria de ese momento.

Zahir.-