Aqui podemos ver la misma imagen repetida, aparentando soledad, pero una de ellas nos transmite más tristeza que la otra, en una vemos tonos grises y apagados, tristes, mientras que la otra la vemos llena de colores vivos, incluso yo diría que alegres, puede ser cualquiera sentado en el suelo durante una fiesta. De nosotros depende la imagen que queramos que tenga nuestra soledad.
Dicen que el miedo es innato al ser humano, pero el peor de los miedos, es el miedo a la soledad, puesto que nos obliga a ser dependientes de otra persona, la peor consecuencia de esta situación, es que por no estar solas, muchas personas corren el riesgo de estar con cualquiera, y claro, luego pasa lo que pasa, cuando la cosa empieza a fallar, o ven que no es lo que esperaban, no aceptan el error, sino que se sienten defraudas, sienten que la otra persona les ha engañado, les ha fallado, aunque a la larga se dan cuenta de que se han defraudado a sí mismos, y lo que verdaderamente les ha traicionado, es su miedo a estar solos, les han fallado sus expectativas, las que han puesto en esa persona sin saber ciertamente si iba a cubrirlas o no, y en muchas ocasiones, ponen sus expectativas en ella sin darse tiempo de llegar a conocerla verdaderamente, es más, esperan “desesperadamente” que les cubran esas expectativas. Reconozcamos que este tipo de personas, tienden a comportarse como una “pareja” (mala pareja, diría yo) incluso antes de llegar a serlo, mostrando momentos de celos hacia otras personas del grupo, aires de “posesión” hacia la persona deseada, intrigas, planes de futuro… Y por otro lado, ante el temor de perder a la otra persona, se esfuerzan en hacer todo cuanto sea para que no les deje, haciéndose esclavos de la relación. Se aferran a ella con la esperanza y la necesidad de no seguir estando solos, pero realmente… en esos momentos… esas personas ¿son quienes son, o son quienes creen que el otro espera que sean?, están dispuestas a ser y hacer todo lo que la otra persona espera de ellas, incluso aquello que creen que espera de ellas. Pierden la propia identidad, incluso muchas veces, la dignidad, cambiándola por la voluntad de la otra persona. Pero es que estar solo es un sentimiento, no una situación.
Van creando, incluso desde el primer día, un mundo de ilusiones, de sueños en el que se vislumbran plenas de felicidad, en compañía, eso si, esa felicidad que esperan les aporte alguien, porque por ellas mismas son incapaces de crearla, no se detienen en descubrirse a si mismas, aceptarse y quererse, les resulta menos complicado que los descubran otros, que los valoren, que los quieran, que los cuiden.
El miedo a la soledad no es más que el miedo hacia uno mismo, hacia la incapacidad de sentirse bien por si mismos, sienten la imposibilidad de quererse y sentirse felices con muchas cosas que les aporta la vida, y por eso se sienten perdidas, tienen la necesidad de que sean otros quienes les quieran y les hagan felices, pero la felicidad no se encuentra, se consigue, si tu no eres feliz, cualquier otra cosa que venga de fuera será siempre transitoria, durará el tiempo que dure la relación o el proyecto de relación, o el hecho o momento en sí que te causa esa felicidad.
Cuando esta persona sufre esta situación y conoce a alguien, inconscientemente lo hace candidato a pareja al instante, lo malo es que llega un momento de desesperación en su vida, en que cualquiera puede ser un candidato.
Yo tengo alguna amistad, a la que le he puesto el sobrenombre de rasca-rasca, ya que cualquiera que le “rasque el corazón” (cosa que resulta fácil), tiene “premio”.
En ese comienzo de relación en el que se trata solamente de una amistad, las personas que padecen este miedo, ¿son quienes son, o son quienes creen que el otro espera que sean?, están dispuestas a perder la propia identidad, incluso muchas veces, la dignidad, cambiándola por la voluntad de la otra persona, todo por “atraparla”.
El miedo a la soledad, nos traicionará siempre, y es fácil confundir eso, con Amor.
Cuando conocemos bien a la soledad, cuando la hacemos nuestra amiga, descubrimos que no es tan mala, que es buena consejera e incluso que a veces es buena compañera. Nos permite discernir objetivamente entre las cosas y los sentimientos, incluso entre lo que nos conviene o no, porque si logramos sentirnos felices y llenos interiormente estando “solos”, podremos compartir esa felicidad con alguien, si no es así, ¿qué vamos a dar?, antes bien, vamos a demandar.
Desgraciadamente hay muchas más personas en esta situación de las que pensamos, las descubrimos constantemente “ligando”, cambiando de pareja, incluso muchos casos de infidelidades vienen dados por ese miedo a la soledad, necesitan tener siempre un posible “recambio”, al igual que necesitan sentirse siempre valoradas y alagadas, todo motivado por su poca autoestima, que es lo que verdaderamente las lleva a esta situación desesperante para mucha gente.
En algún lugar leí la historia de una mujer que estaba, durante la coche, agachada rebuscado afanosamente entre las ramas y las piedras del camino, bajo la luz de una farola, cuando pasó por allí alguien y le preguntó ¿qué buscas mujer? A lo que ella respondió, mire señor, he perdido una aguja en casa, pero como aquí hay más luz, he venido a buscarla aquí afuera, a ver si así la encuentro. El caminante le contestó, buena mujer, por mucha luz que veas aqui, no debes buscar fuera lo que se te ha perdido dentro
Zahir.-
4 comentarios:
Zahir te felicito por tu blog, Me recuerdas a Coelho, en algunos trazos.
Saludos y no dejes de escribir
http://elperfumedelaluna.blogspot.com/
HOLA ZAHIR, EN ESTE ESCRITO ME SIENTO TOTALMENTE IDENTIFICADA CON UNA PARTE DE MI VIDA DE LA QUE CREO HABER SALIDO... NUNCA SABES EN REALIDAD SI VAS A VOLVER A TROPEZAR HASTA QUE NO TE VUELVES A ENCONTRAR CON EL OBSTACULO. TAMBIÉN ES CASUALIDAD PORQUE ACABO DE PONER EN EL BLOG UN CUADRO QUE PINTÉ CUANDO ME SENTIA ASI, JUSTO ANTES DE VER TU BLOG LE LLAMÉ SOLEDAD. UN SALUDO
A veces necesitamos repetir curso para aprender, depende de nosotros la atención que pongamos en las lecciones de la vida para no repetirlas, solo cuando aprendemos pasamos de nivel.
¿Sabes? Esta tarde vi tu cuadro, antes de que escribieras esto, me puse a hacer un comentario del mismo pero se me bloqueó el ordenador y no he podido hacerlo hasta este momento. Ya ves, intuí algo así cuando vi el cuadro, es que cuando lo miras, él mismo te grita lo que ahora me estás comentando.
Un saludito.-
Gracias El prefume, solo enriquecemos cuando compartimos los sentimientos con otros. Creo que los dos vamos por el mismo camino. Me gusta tu historia, está muy bien relatada y hace que te metas en ella con solo leerla. Espero, no el final, sino el transcurrir de los acontecimientos.
Por cierto, dale recuerdo a Sonia. ;-)
Un saludito
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