Ser o no ser, tu eliges.

¿Te has dado cuenta de que si tú tienes la costumbre de pensar que eres de constitución saludable, hagas lo que hagas, siempre te sientes saludable?. Pero cambias tu manera de pensar; te dejas infundir el temor de las enfermedades y comienzas a enfermarte. LO QUE TÚ PIENSAS SE MANIFIESTA. “Los pensamientos son cosas”. Es tu actitud la que determina todo lo que te sucede.
Tu vida, lo que te ocurre, obedece a tus creencias y a lo que expreses en palabras.
Si en tu mente está radicada la idea de que los accidentes te acechan a cada paso; si crees que “los achaques de la vejez” son inevitables; si estás convencido de tu mala o buena suerte; lo que quiera que tú esperes normalmente, en bien o en mal, eso es lo que verás manifestarse en tu vida y en todo lo que haces.
La vida del ser humano, su mundo, sus circunstancias, todo lo que él es, todo lo que le ocurre son creaciones de él mismo y de nadie más.
Nacer con libre albedrío significa haber sido creado con el derecho individual de escoger. Escoger ¿qué? El pensar negativa o positivamente. Pesimista u optimista.
Podemos vivir pensando lo feo y lo malo -que produce lo feo y lo malo- o pensando lo bueno y bello -que produce lo bueno y bello- en lo exterior o interior. Lo que pensamos, a menudo pasa al subconsciente y se establece allí, actuando como reflejo. NUESTRAS CALAMIDADES LAS PRODUCIMOS CON EL PENSAMIENTO. En esto es que somos creadores, cada cual, de su propia manifestación.

LO QUE PIENSAS SE MANIFIESTA, DE MANERA QUE APRENDE A PENSAR CORRECTAMENTE PARA QUE SE MANIFIESTE TODO LO BUENO.

Una vez que se graba una idea en el subconsciente se convierte en un “reflejo”. Te han tocado un punto sensible y has reaccionado ¿no? En esa misma forma, cada vez que ocurre en tu vida algo referente a una de las ideas que están grabadas en tu subconsciente, el “reflejo” reacciona en la forma exacta en que fue grabado. Tú adoptas una actitud de acuerdo con el sentimiento original que sentiste cuando primero pensaste en aquella idea.
El subconsciente no discierne. No decide nada, no opina ni piensa por sí solo, no tiene voluntad propia. Su única función es la de reaccionar poniendo a la orden el reflejo que se le ha dado. Es, en este sentido, un archivador automático que ni descansa ni falla jamás. De manera que si tu nariz es un tanto abultada; y si tú, por hacer reír a los demás, adoptas el chiste de llamarla “mi nariz de papa rellena”, por ejemplo, como el subconsciente es un servidor exacto, sólo sabe obedecer incondicionalmente, tratará por todos los medios de cumplir la orden que le han dado en tus palabras y tu sentir... y verás a tu nariz parecerse más y más a una papa rellena.
Tu voluntad, negativa o positiva, es el imán que atrae hacia ti las circunstancias adversas o las buenas.
tu actitud negativa o positiva ante los hechos, determinan los efectos para ti.

CUALQUIER COSA QUE ESTÉS MANIFESTANDO O PENSANDO; QUE TE ESTÉ OCURRIENDO CONTRARIA A LA ARMONÍA, O QUE TÚ MISMO ESTÉS HACIENDO O SUFRIENDO SE DEBE A UN PENSAMIENTO ERRADO QUE TÚ CREASTE, YA LO SABES, Y QUE POR REFLEJO ESTÁS LANZANDO HACIA AFUERA Y ATRAYENDO SU IGUAL, DEL EXTERIOR.

Ahora, en cada una de las circunstancias adversas que pienses, debes recordar lo que te acabo de decir, y luego decir mentalmente o en voz alta, como quieras, “NO LO ACEPTO”.
Dilo con firmeza pero con infinita suavidad. Los trabajos mentales NO NECESITAN de la fuerza física. Ni el pensamiento ni el espíritu tienen músculos. Cuando tú digas “No lo acepto”, hazlo como si dijeras “No me da la gana”, tranquilamente, pero con la misma convicción y firmeza, sin gritar, sin violencia, sin un movimiento, sin brusquedad.
No tienes por qué creer ciegamente lo que estás leyendo. Debes comprobarlo ti mismo.
En el lenguaje metafísico esto se llama “un tratamiento”. Después de todo tratamiento hay que conservar la actitud que se ha cambiado. No se puede uno permitir que entre la duda respecto a la eficacia del tratamiento, ni se puede volver a expresar en palabras los conceptos negativos, opiniones y creencias de antes, porque se destruye, se anula el tratamiento.
El propósito es el de transformar el patrón mental que ha estado dominando en el subconsciente, o sea, el clima mental negativo en que has estado viviendo, con toda su serie de circunstancias. San Pablo dijo: “Sois transformados por la renovación de vuestra mente”. Esta renovación se hace cambiando cada creencia negativa antigua a medida que vayan presentándose ante nuestra vida, con la Verdad.

Hay convicciones que están tan arraigadas que son lo que se llama en el lenguaje metafísico “cristalizaciones”. Estas requieren más trabajos que otras. Pero cada “negación” y “afirmación” que se haga respecto a estas cristalizaciones va borrando el pensamiento negativo original hasta que desaparece totalmente.
Comienza ahora mismo a practicarlo. Mientras más se practica más se realiza, más se adelanta y más feliz te sentirás.
Cada palabra que se pronuncia es un decreto que se manifiesta en lo exterior. La palabra es el pensamiento hablado, y SOMOS LO QUE PENSAMOS.
Te propongo que pongas atención a todo lo que tú decretas en un solo día. Vamos a recordártelo. “Los negocios están malísimos”. “Las cosas andan muy malas”. “El tráfico está imposible”. “Tengo muy mala suerte”. “Tengo miedo de salir”. “mi dolor de cabeza...”, “mi reumatismo...”, “Mira que te vas a caer”. “Cuidado que te matas”. “Te va a coger un coche”.
No te sorprendas ni te quejes si al expresarlo lo ves ocurrir. Lo has decretado. Has dado una orden que tiene que ser cumplida. Ahora recuerda y no olvides jamás, CADA PALABRA QUE PRONUNCIAS ES UN DECRETO. Positivo o negativo. Si es positivo se te manifiesta en bien. Si es negativo se te manifiesta en mal.
Y cuando te suceda algo molesto, negativo, desagradable, no digas “¡Pero si yo no estaba pensando ni temiendo que me fuera a suceder esto!”. Ten la sinceridad y la humildad de tratar de recordar en qué términos te expresaste. El temor es lo que está por detrás de todas las frases negativas que te he citado más arriba.
Cada vez que te encuentres diciendo una frase negativa, sabrás qué clase de concepto equivocado tienes arraigado en el subconsciente, sabrás qué clase de sentimiento obedece: temor o desamor, quítalo, bórralo negándolo, si no quieres que se siga manifestando en tu exterior. Al poco tiempo de esta práctica notarás que tu hablar es otro. Que tu modo de pensar es otro. Tú y tu vida se estarán transformando por la renovación de tu mente.
Pocos saben que el temor también mueve montañas. El temor y la fe son una misma fuerza. El temor es negativo y la fe es positiva. El temor es fe en el mal. O sea, la convicción de que va a ocurrir lo malo. La fe es la convicción de que lo que va a ocurrir es bueno, o que va a terminar bien.

TODOS TUS PENSAMIENTOS NEGATIVOS, LO QUE TÚ TEMES, LO ATRAES Y TE OCURRE.

Ahora que, cuando te ocurre, generalmente dices con aire triunfante: “¡Ajá, yo sabia que iba a pasar!, Lo presentí”, y sales corriendo a contarlo y repetirlo como para lucir tus dotes de clarividente. Y lo que en realidad ha sucedido es que lo pensaste negativamente y con temor. ¿Lo presentiste? Claro. Lo presentiste. Tú mismo lo estás diciendo. Ya tú sabes que todo lo que se piensa sintiendo al mismo tiempo una emoción, es lo que se manifiesta o se atrae. Tú lo anticipaste y lo esperaste, y por eso lo tuviste.

Extracto del libro Metafisica 4 en 1, de Conny Mendez.